Conoce cómo afecta el índice omega 3 a la salud cardio vascular y cerebral
¿Qué son los ácidos grasos esenciales?
Son las grasas saludables que el organismo necesita y no es capaz de sintetizar por lo que deben ser incorporadas necesariamente en la alimentación. Se consideran esenciales los ácidos grasos α-linolénico (18:3, precursor de los AGPI- ω3) y el linoleico (18:2, precursor de los AGPI-ω6). La dieta ha de contenerlos en proporciones adecuadas ya que su carencia o desequilibrio en la ingesta pueden ocasionar graves alteraciones metabólicas.
Omega 3 pescado azul (atún, salmón), algas, semillas de lino, pipa de calabaza y chía.
Omega 6 aceite de girasol, aguacate, semillas y frutos secos.
De la línea ω3 los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) más relevantes son EPA y DHA que, aunque no son esenciales, su bajo rendimiento de conversión ha potenciado que sean considerados como tales. (1)
- En hombres: 8% de α-linolénico (ALA) es convertido en EPA y 0-4% en DHA.
- En mujeres: 21% de α-linolénico (ALA) es convertido en EPA y 9% en DHA.
Las enzimas elongasas y desaturasas empleadas en las rutas metabólicas de los ácidos omega 3 y 6 son comunes y competitivas. Dietas altas en omega-6 influyen negativamente en el metabolismo de los ácidos omega 3, ya que las enzimas compiten por el sustrato. Cuando hay más sustrato de tipo omega 6 que 3, se reduce considerablemente la conversión del ácido α-linolénico (ALA) a sus derivados EPA y DHA, aumentando la síntesis de ácido araquidónico (AA) y por ende la respuesta inflamatoria.
Para un correcto estado de salud, la proporción omega-6: omega-3 debería ser en torno al 4:1, pero lamentablemente el nuevo estilo de vida ha hecho cambiar los hábitos alimenticios y la dieta occidental estándar presenta una ratio media de 15:1. Este desequilibrio a favor de los omega-6 podría ser la causa de muchas enfermedades relacionadas con la respuesta inmunitaria y la inflamación. (2)
Una ingesta adecuada de ácidos grasos omega-3 ayuda a preservar la salud y evita el desarrollo de enfermedades
OMS y FAO recomiendan 1000 mg/diarios de omega 3. En España, este consumo es de 100 mg/día de media.
Los AGPI-ω3 forman parte de los fosfolípidos de membrana y presentan efectos funcionales y metabólicos. Por un lado, aumentan la permeabilidad de la membrana celular ofreciendo más elasticidad y plasticidad a las células, lo que se traduce en una mayor entrada de O2 y nutrientes y salida de deshechos.
Por otro lado, no solo actúan como precursores en la síntesis de eicosanoides y docosanoides sino que además regulan la expresión de diversos genes implicados en el control de los procesos inflamatorios, las funciones cognitivas, la homeostasis vascular y de la agregación plaquetaria. También se les atribuyen efectos favorables sobre el perfil lipídico (disminución de triglicéridos y colesterol VLDL, posible aumento del colesterol HDL) y propiedades hipotensoras. (3)
ÍNDICE OMEGA 3
El índice Omega-3 es una excelente herramienta para determinar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cerebrales. Evalúa la presencia de EPA y DHA aportados tanto a través de la alimentación como a través de su síntesis endógena.
Dicho índice calcula el porcentaje que constituyen el EPA y el DHA respecto al total de ácidos grasos presentes en la membrana de los glóbulos rojos. Un índice bajo de omega-3 se correlaciona con un incremento del riesgo de padecer un evento cardiovascular o cerebrovascular. Se considera un nivel aceptable a partir de 6-7% y optimo más del 8%. (4)
Elevado riesgo de sufrir un episodio cardiovascular o cerebrovascular.
Riesgo muy aumentado de padecer enfermedades neurodegenerativas.
Muy elevada predisposición a la depresión.
Riesgo significativamente aumentado de sufrir accidentes cardiovasculares o cerebrovasculares.
Cierto riesgo de padecer enfermedades degenerativas cerebrales.
Importante predisposición a la depresión.
Muy baja predisposición a sufrir un episodio cardiovascular o cerebrovascular
Muy baja probabilidad de padecer enfermedades neurodegenerativas.
Muy baja predisposición a la depresión.
Aplicaciones del índice omega-3
- Enfermedades cardiovasculares
- Depresión
- Embarazo
- Hiperactividad y falta de atención
- Deporte
¿Cómo puedo aumentar mi índice omega-3?
Un buen comienzo sería recuperar el equilibrio omega-6/omega-3, reduciendo el consumo de alimentos procesados y los excesos de aceites vegetales a favor de un consumo más natural enriquecido en omega-3. No obstante, cuando consumimos omega-3, estos deben transformarse en ácidos de cadena más larga (EPA y DHA) para ejercer un efecto beneficioso en nuestra salud. Dado que su biodisponibilidad en alimentos es muy limitada y muchas personas con la edad y por llevar un estilo de vida no saludable pierden la habilidad de transformar el precursor de omega-3 (ácido α-linolénico) en sus derivados, para asegurar un elevado índice omega 3 debemos recurrir a la suplementación.
¿Qué suplemento de omega 3 debo tomar?
No todos los Omega-3 son iguales por lo que a la hora de elegir hay que tener en cuenta la fuente de donde procede, la concentración de DHA respecto a EPA, el método de extracción y purificación (libre de tóxicos).
A pesar de que el EPA se consume en mayor medida de manera habitual, estudios clínicos indican que administrar DHA puro aporta un mayor % de omega 3 al organismo que al administrar conjuntamente una mezcla de EPA+DHA (3:2). (5) Por lo tanto, EPA actúa inhibiendo la absorción y la biodisponibilidad de DHA en el organismo. Por otra parte, el DHA disminuye en mayor medida que el EPA el nivel de triglicéridos en sangre, (6) favoreciendo la circulación y evitando la agregación plaquetaria y la formación de trombos.
El DHA se acumula y se concentra en tres órganos diana: cerebro, retina y gónadas.
Además, el DHA genera protectinas y resolvinas de la serie de D, como es el caso de la NPD1, cuya capacidad antiinflamatoria es significativamente superior a las de las resolvinas de la serie E derivadas del EPA. Por todo ello, se concluye que el DHA presenta una mayor capacidad cardioprotectora que el EPA y el DHA cuando se administran conjuntamente.
Laboratorios Mederi, dispone de un DHA de elevada pureza (76% mín. DHA, 5% máx. EPA), obtenido mediante tecnología de CO2 supercrítico, libre de ácido fitánico, con una altísima biodisponibilidad y seguridad, que garantiza la absorción necesaria y diaria de omega 3 en el organismo. Una perla al día (1000 mg de DHA) es la dosis ideal para personas sanas que deseen preservar la función cognitiva, visual y de fertilidad, además de mejorar el índice Omega 3.
Referencias
- Aterburn-LM et al. Distribution, interconversion, and dose response of n-3 fatty acids in humans. Am J Clin Nutr, 2006; 83 (suppl):1467S-76S.
- Simopoulos AP. The importance of the ratio of omega-6/omega-3 essential fatty acids. Biomed. Pharmacother. 2002; 56(8):365-379.
- John H. Lee.et al. Omega-3 Fatty Acids for Cardioprotection. Mayo Clin Proc. 2008, 83 (3), 324-332.
- Harris WS. Omega-3 fatty acids and cardiovascular disease: A case for omega-3 index as a new risk factor. Pharmacological Research, 2007; 55: 217-223.
- Allairea, J. et. al. Supplementation with high-dose docosahexaenoic acid increases the Omega-3 Index more than high-dose eicosapentaenoic acid. Prostaglandins, Leukot, Essent. Fatty Acids, 2017, 120, 8–14.
- Innes J.K. et al. The Differential Effects of Eicosapentaenoic Acid and Docosahexaenoic Acid on Cardiometabolic Risk Factors: A Systematic Review. Int. J. Mol. Sci. 2018, 19, 532-524.
