Productos naturales para mejorar la piel

Categoría: Colágeno, Cuidados de la piel, Nutrición Integrativa, Sin categorizar

Descubre cómo cuidar tu piel naturalmente

Víctor Blasco, doctor en Química. Especialista en Química Médica.

Con la llegada del buen tiempo regresan los días cargados de brillo, calidez, energía y buen ambiente. Pero, como bien es sabido, la llegada del sol también trae consigo los primeros desafíos para nuestra piel. La radiación solar aumenta y pasamos mucho más tiempo al aire libre, lo que se traduce en una mayor exposición de nuestra dermis a las inclemencias de la radiación ultravioleta.

Este exceso de radiación solar puede tener graves consecuencias para nuestro organismo, y en concreto para el cuidado de nuestra piel. El temido fotoenvejecimiento, la aparición de arrugas, manchas oscuras y otros signos de daño celular externo, pueden promover una apariencia mucho más envejecida y deteriorada. Además, no podemos ignorar la importancia de proteger nuestra piel contra enfermedades más graves, que pueden acabar por afectar a nuestro cuerpo de manera más severa. En este sentido, el riesgo de aparición de melanomas, el tipo más peligroso de cáncer de piel, aumenta exponencialmente durante esta época. [1]

Con todo esto, resulta imprescindible tomar las precauciones necesarias para evitar una exposición excesiva a este tipo de radiación y emplear todos los instrumentos a nuestro alcance para cuidar nuestra piel de manera adecuada. Para ello existen multitud de soluciones naturales y efectivas que, minimizan el riesgo de padecer este tipo de afecciones y, al mismo tiempo, fortalecen nuestro sistema inmunológico. En este sentido, se presentan una serie de compuestos naturales que pueden ayudar a proteger y a rejuvenecer nuestra piel durante esta época del año.

El primero de ellos y más importante es la vitamina A, también conocida como Retinol. Se trata de un nutriente esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo, que puede obtenerse a través de la dieta de dos formas distintas. Por un lado, su forma ya preformada proviene principalmente de alimentos de origen animal como la carne, los lácteos y el pescado. Sin embargo, también puede obtenerse en forma de provitamina A, a partir de productos de origen vegetal que exhiben tonalidades rojas o anaranjadas, propias de los carotenoides de los cuales deriva. Este compuesto destaca por sus múltiples beneficios para la salud y la belleza, teniendo gran relevancia en la visión, en la diferenciación celular, en el desarrollo de la función inmunitaria y en el cuidado de la piel, entre otros. [2]

Por un lado, la Vitamina A es esencial para mantener una buena visión. En este sentido es necesaria para el correcto desarrollo del ojo, para el funcionamiento normal de la retina, para agudizar la vista en situaciones de penumbra y para la visión a color. Además, interviene en la producción de un pigmento conocido como Rodopsina, que está presente en las células de la retina y desempeña un papel crucial en la visión nocturna y en la adaptación gradual del ojo a los cambios de luz. Por tanto y dada su relevancia, cuando la cantidad de esta sustancia resulta insuficiente, puede ocasionar graves dificultades de visión e incluso problemas de ceguera. [3]

En lo que se refiere al sistema inmunológico, esta vitamina ayuda a mantener la integridad de las mucosas que actúan como barreras contra ciertos patógenos externos, contribuyendo así a mejorar la respuesta del cuerpo frente a múltiples infecciones. [4]

Finalmente, para el caso que nos ocupa, la Vitamina A es especialmente relevante para el cuidado de la piel, siendo uno de los componentes mayoritarios de cremas, lociones y todo tipo de cosméticos. La exposición a la radiación solar ocasiona la aparición de arrugas y la degradación paulatina del colágeno, lo que se traduce en un envejecimiento prematuro de nuestra piel. Pues bien, esta vitamina actúa activamente como precursor de la síntesis de ácido retinoico, una molécula que contrarresta los efectos antes mencionados, estimulando la síntesis de colágeno y elastina, y atenuando la aparición y el grosor de las arrugas. Además, al promover la diferenciación celular, también contribuye a la renovación constante y al mantenimiento de los tejidos, incluidos la dermis y la epidermis. [5]

Así mismo, la vitamina A también solventa otro de los problemas derivados de la radiación ultravioleta, como son los trastornos de pigmentación de la piel y la aparición de manchas oscuras, los cuales se deben a una desregulación en la producción y el almacenamiento de melanina. [6]
Finalmente, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que promueven la cicatrización, también se utiliza para el tratamiento del acné, la psoriasis, y otro tipo de dermatitis agudas. [5] Todo esto, sin olvidar su enorme capacidad para potenciar el bronceado, gracias a la presencia de los betacarotenos.

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Además de este compuesto, existen otro gran número de sustancias, sobre todo minerales, que también exhiben importantes beneficios para la salud de nuestra piel.

Por un lado, el Magnesio muestra propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, hidratantes y estimulantes de la síntesis de colágeno, que lo convierten en un poderoso aliado para mantener una piel radiante y saludable. Además, también participa en la síntesis de algunos antioxidantes naturales como el glutatión, lo que previene el envejecimiento prematuro de los tejidos expuestos a los radicales libres. Así mismo, se le conoce también por una importante acción cicatrizante para el cuidado de las heridas. [7]
Otro de estos minerales es el Selenio. Destaca por su poder antioxidante que protege a la piel frente al estrés oxidativo generado por la radiación UV. Se ha descubierto que juega un papel relevante para el tratamiento de la psoriasis y de la epidermólisis, y, su deficiencia, se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer de piel. [8]

Por otra parte, el Manganeso también participa activamente en la cicatrización de heridas a través de la síntesis de colágeno. Este mineral activa la enzima Prolidasa que es la encargada de aportar el aminoácido prolina para la formación de colágeno en las células epiteliales humanas. Además, destaca por su efecto antioxidante participando como cofactor de la enzima Super Oxido Dismutasa (SOD). [9]
Por último, el Zinc es un mineral esencial que interviene en la producción y renovación de las células del organismo, incluidas las de la piel. Juega un papel importante en la producción endógena de colágeno y mantiene la integridad de las membranas celulares, las cuales actúan como barreras de contingencia. Además, al igual que sucede con el Manganeso, también muestra un potente efecto antioxidante ya que actúa como cofactor de la SOD, tanto citosólica como mitocondrial. [10]

En definitiva, la naturaleza pone a nuestra disposición una valiosa gama de nutrientes que desempeñan un rol fundamental para el cuidado de la piel. Éstos presentan diferentes modos de acción debido a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, hidratantes, cicatrizantes o estimulantes de la producción de colágeno, que evidencian el gran potencial de este tipo de sustancias para mantener una piel joven, saludable y sin imperfecciones.
Por tanto, ya sea a través de una alimentación equilibrada, del uso de productos naturales o mediante la incorporación de suplementos alimenticios, es posible brindar a nuestra piel la protección y el cuidado que se merece y así, hacer frente a todas las amenazas y desafíos que se nos presentan durante esta época del año.

BIBLIOGRAFÍA.
[1] González-Púmariega, M., Tamayo, M. V., Sánchez-Lamar, Á. La radiación ultravioleta. Su efecto dañino y consecuencias para la salud humana. Theoria, 2009, 18 (2), 69-80.
[2] McEldrew, E. P., Lopez, M. J., Milstein, H. Vitamin A. In StatPearls. Treasure Island (FL). StatPearls Publishing LLC. 2023.
[3] Saari, J. C. Vitamin A and vision. The Biochemistry of Retinoid Signaling II: The Physiology of Vitamin A-Uptake, Transport, Metabolism and Signaling. Subcellular Biochemistry. Springer. 2016, 81, 231-259.
[4] Huang, Z., Liu, Y., Qi, G., Brand, D., & Zheng, S. G. Role of vitamin A in the immune system. Journal of clinical medicine, 2018, 7 (9), 258.
[5] Griffiths, C., Russman, A. N., Majmudar, G., Singer, R. S., Hamilton, T. A., Voorhees, J. J. Restoration of collagen formation in photodamaged human skin by tretinoin (retinoic acid). New England Journal of Medicine, 1993, 329 (8), 530-535.
Kong, R., Cui, Y., Fisher, G. J., Wang, X., Chen, Y., Schneider, L. M., Majmudar, G. A comparative study of the effects of retinol and retinoic acid on histological, molecular, and clinical properties of human skin. Journal of cosmetic dermatology, 2016, 15 (1), 49-57.
[6] Martín Aragón, M. Nutrición y salud de la piel y el cabello. Farmacia Profesional. 2009, 23 (1).
[7] Proksch, E., Nissen, H. P., Bremgartner, M., Urquhart, C. Bathing in a magnesium‐rich Dead Sea salt solution improves skin barrier function, enhances skin hydration, and reduces inflammation in atopic dry skin. International journal of dermatology, 2005, 44 (2), 151-157.
Linus Pauling Institute. Office of Dietary Supplements. Micronutrient Information Center- Magnesium (consultada 18/06/23)
[8] Nazıroğlu M, Yıldız K, Tamtürk B, Erturan I., Flores-Arce M. Selenium and psoriasis. Biol. Trace Elem. Res. 2012, 150 (1-3), 3-9.
[9] Linus Pauling Institute. Office of Dietary Supplements. Micronutrient Information Center – Manganeso. (Consultada 18/06/23)
[10] Ramos Castellano, I.G., Pérez Alcalá D. Antioxidantes en dermatología. Dermatología, 2010, 8 (4), 272-277.

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