Las enfermedades metabólicas óseas son aquellas que afectan al equilibrio que existe entre la formación y reabsorción ósea, entre las cuales cabe destacar la osteoporosis dada su mayor prevalencia. En una sociedad cada vez más envejecida, la osteoporosis se ha convertido en un fenómeno global afectando a unos 200 millones de personas en todo el mundo, siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad. Concretamente, se estima que alrededor del 33% de las mujeres y el 20% de los hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida.1
La osteoporosis es una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por una disminución de la masa ósea y el deterioro de la estructura del hueso, con el resultado de una mayor fragilidad ósea y un aumento del riesgo de sufrir fracturas.2 Esta debilidad esquelética hace que los huesos se vuelvan más porosos, frágiles y quebradizos produciéndose fracturas por traumatismos mínimos o inexistentes, especialmente en la cadera, cabeza del fémur, muñeca o en la columna torácica y lumbar.
Existen multitud de factores que afectan a la aparición de la enfermedad, algunos de ellos inalterables como la predisposición genética, el sexo, la edad, la raza y otros modificables como los malos hábitos alimenticios (dietas pobres en calcio y vitamina D), estilos de vida poco saludables (sedentarismo, alcohol, tabaco) y el uso de fármacos osteotóxicos (corticosteroides). Otro componente que contribuye en gran medida al desarrollo de la osteoporosis es el factor hormonal (niveles de estrógenos y hormona paratiroidea (PTH)).3
El remodelado óseo es el proceso fisiológico que se encarga de la restructuración del hueso, el cual se encuentra en continua formación y destrucción a lo largo de toda la vida. Existen tres tipos de células que participan en el proceso de remodelación ósea: los osteoblastos (formadores de hueso), los osteoclastos (encargados de la destrucción) y los osteocitos (contribuyen al mantenimiento). Cuando el hueso nuevo se genera más lentamente que la destrucción del hueso viejo, la densidad ósea disminuye y es cuando aparece la osteoporosis. En la regulación de este fenómeno interviene el sistema RANK-RANKL-OPG. El RANK (Receptor Activador del factor Nuclear Kappa B) es un receptor presente en los osteoclastos, al que se une el RANKL (Ligando del Receptor Activador del factor Nuclear Kappa B) presente en la membrana del osteoblasto. Como consecuencia de esta unión los osteoclastos se activan aumentando su proliferación y disminuyendo su apoptosis. La osteoprotegerina (OPG) es un receptor osteoblástico soluble de la familia del RANK. Su ligando es el RANKL por lo que su unión impide la activación del osteoclasto. En definitiva, la relación RANKL/OPG es la que determina la cantidad de hueso a resorber.4
La sobreexpresión de diversas citoquinas proinflamatorias (IL-1, IL-6, etc) y del factor de necrosis tumoral (TNF) estimulan la expresión de RANK y RANKL e inhiben la síntesis de OPG, por lo que el control de enfermedades de origen inflamatorio resulta fundamental para mejorar la salud ósea.5 No obstante, el empleo a largo plazo de medicamentos corticosteroides para tratar la inflamación, conlleva un resultado nefasto para la salud ósea ya que estos fármacos osteotóxicos estimulan la expresión de RANK y RANLK, lo que se traduce en un aumento de la reabsorción ósea en detrimento de la formación de hueso nuevo. Una alternativa más natural y segura para abordar la inflamación es la suplementación con DHA (Ácido DocosaHexaenóico), que a dosis adecuadas y tiempos prolongados es capaz de modular el proceso inflamatorio y el metabolismo óseo. Los suplementos de omega 3 promueven la formación de hueso e inhibe la reabsorción, lo que implica un aumento de la densidad mineral ósea (DMO). Por otra parte, la combinación de ejercicio físico aeróbico con la ingesta de DHA conlleva un beneficio extra a nivel hormonal y otros factores que regulan los niveles de calcio en mujeres post-menopáusicas.
Los factores hormonales que contribuyen a la osteoporosis están constituidos por las llamadas hormonas calciotropas entre las cuales cabe destacar la PTH, el calcitriol y la calcitonina y las hormonas sexuales (estrógenos y andrógenos). La deficiencia de estrógenos que se produce con la menopausia está directamente relacionada con una diminución de la DMO.6 Los estrógenos juegan un papel muy importante suprimiendo la diferenciación mediada por el RANKL en los osteoclastos y activando la formación ósea al estimular los osteoblastos.7 Por otro lado, el calcitriol inhibe la secreción de PTH, la cual estimula de manera indirecta a los osteoclastos, y facilita la mineralización ósea.
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no manifiesta síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas. Por ese motivo, el mejor tratamiento para la enfermedad es prevenir la pérdida de masa ósea y con ello lograr una reducción en el número de fracturas por fragilidad. Como medida generalizada existen hábitos de vida que pueden mejorar la calidad del hueso, como una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, así como realizar ejercicio diariamente con control para evitar caídas. La actividad física proporciona un aumento de las concentraciones séricas de marcadores de formación ósea, así como una disminución de marcadores de reabsorción. Por otro lado, una buena nutrición resulta esencial para mantener los huesos fuertes y sanos durante toda la vida. Tanto hombres como mujeres entre 18 y 50 años deben consumir al menos 1000 mg de calcio elemental al día. Esta cantidad diaria debería aumentar de 1200 a 1500 mg/día en mujeres post-menopáusicas, ancianos y para periodos de mayor requerimiento como en la pubertad, el embarazo y la lactancia. A su vez un aporte adecuado de vitamina D resulta esencial en el metabolismo del calcio. Existen numerosos estudios con tratamientos combinados de calcio y vitamina D3 donde se comprueba que para reducir el riesgo de fracturas óseas no es suficiente el aparte individual de cada uno de estos nutrientes, sino que ambos trabajan sinérgicamente poniendo freno a la osteoporosis y mejorando la salud ósea.8,9
No solamente el calcio y la vitamina D contribuyen a mantener una huesos fuertes y sanos. Existen diversos nutrientes que en combinación potencian su efecto y contribuyen a mejorar la salud ósea. A continuación, analizaremos cada uno de ellos, con el objeto de plantear una fórmula lo más completa posible que permita frenar el avance de la osteoporosis.
CALCIO DE CORAL MARINO SANGO
El calcio es el mineral más abundante de nuestro organismo y está involucrado en multitud de funciones biológicas y, cuando su ingesta alimentaria es reducida, el cuerpo se ve obligado a tirar de las reservas del tejido conjuntivo y de los huesos, ya que el calcio es el elemento dominante en estos tejidos. En general es preferible optimizar el aporte de calcio a través de la dieta, pero en muchos casos la ingesta no es suficiente o se produce una baja absorción del mismo, siendo necesaria la suplementación. Hay que prestar atención a la fuente de calcio que presentan muchos complementos alimenticios, ya que el calcio inorgánico no se asimila directamente, sino que debe ser metabolizado y en este proceso se degrada gran parte (hasta un 95%). El calcio de coral marino Sango, procedente de Japón, es una fuente natural de calcio mucho más biodisponible que el sintético, se absorbe en su totalidad rápidamente por las células, no produce estreñimiento y no da lugar a depósitos perniciosos que pudieran convertirse posteriormente en cálculos renales o biliares. Además de calcio, el coral marino Sango nos aporta magnesio, sodio, potasio y otros minerales y oligoelementos esenciales para la vida. Por otro lado, presenta la capacidad de oxigenar y alcalinizar los líquidos y tejidos del organismo en un corto periodo de tiempo y dado su alto poder antioxidante contribuye a mantener el sistema inmunológico en óptimas condiciones. Por todo ello, consideramos que el calcio de coral Sango es la mejor forma de aporte de calcio orgánico.
CORDYCEPS SINENSIS
Se trata de un hongo muy preciado dentro de la medicina tradicional. Durante muchos años se ha utilizado como un tónico para la longevidad, resistencia y vitalidad especialmente en China y países asiáticos. Desde la década de los 80 muchos científicos han mostrado su atracción por él, publicando numerosos estudios donde se demuestran sus propiedades beneficiosas para la salud, entre las cuales cabe destacar su efecto antitumoral, hipoglucemiante, inmunomodulador, hepatoprotector, nefroprotector, efecto antinflamatorio y antioxidante.10 Además, existen estudios donde se demuestra su capacidad de modular la esteroidogénesis. Entre los componentes bioactivos presentes en el cordyceps sinensis (cordicepina, polisacáridos, ergosterol y manitol, entre otros) cabe destacar sus isoflavonas “fitoestrógenos” para el tratamiento de la osteoporosis. Su aplicación ha sido estudiada en ratas ovariectomizadas para comprobar su efecto en osteoporosis por deficiencia de estrógenos.11 Los resultados de este estudio demuestran que el cordyceps sinensis posee la capacidad de regular el metabolismo del calcio, disminuye la reabsorción ósea y potencia la formación de hueso nuevo ayudando a su regeneración y al mantenimiento de la densidad ósea. Esto resulta muy interesante sobre todo en mujeres post-menopáusicas donde la deficiencia de estrógenos conduce a una resorción ósea excesiva.
ISOFLAVONAS DE SOJA
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) ayuda a aliviar los síntomas de la menopausia causados por una caída en los niveles de estrógenos, pero se ha observado que en algunos casos puede conllevar riesgos graves para la salud. Una alternativa natural y eficaz es el uso de extractos vegetales ricos en fitoestrógenos, entre los cuales se encuentran las isoflavonas de soja (Glycine max), la genisteína y la daidzeína. Se ha comprobado que la administración de 54 mg/día de genisteína es tan eficaz como la TRH en disminuir la pérdida de DMO en fémur y columna lumbar en mujeres post-menopáusicas.12 Existen varios mecanismos que explican su modo de acción, desde efectos genómicos directos mediados por receptores de estrógenos hasta la inhibición de proteinquinasas y activación de tirosinfosfatasas. La supresión de la reabsorción ósea puede ocurrir por inhibición directa de la actividad de los osteoclastos o mediante la inhibición de la osteoclatogénesis.
La microbiota intestinal juega un papel importante en la activación de las isoflavonas de soja, ya que al ser digeridas por las bacterias del colon se liberan metabolitos (genisteína y daidzeína) mucho más biodisponibles, lo que facilita su absorción través del epitelio intestinal. Por otro lado, algunas bacterias de la microbiota producen equol a partir de un segundo metabolismo enzimático de la daidzeína. Algunos estudios indican que el equol es el compuesto derivado de las isoflavonas con mayor actividad estrógenica.13
MELATONINA
Existen estudios que relacionan los niveles de melatonina con una buena salud ósea. Se ha demostrado que la melatonina aumenta la proliferación de osteoblastos, estimula la formación de la matriz mineralizada y promueve la expresión de colágeno tipo I y otras proteínas de vital importancia para el hueso (osteocalcina, fosfatasa alcalina, osteopontina, entre otras). A su vez, la melatonina aumenta los niveles de OPG y disminuye la expresión de RANK, evitando la diferenciación de los osteoclastos. Por otro lado, la melatonina regula el metabolismo óseo mediante su interacción con las hormonas calciotropas.14
Otra propiedad interesante de la melatonina es su elevado poder antioxidante, capaz de eliminar los radicales libres que contribuyen al proceso de degradación del hueso.
EXTRACTO DE REGALIZ (Glycyrrhiza glabra) Y GINSENG COREANO (Panax ginseng)
Hay estudios que demuestran la efectividad de la hormona de crecimiento (HC) como tratamiento para la osteoporosis. En uno de estos estudios se trataron durante 3 años con HC a mujeres que padecían de osteoporosis y se comprobó que su DMO aumentaba con la consecuente reducción en el número de fracturas de 56% al 28% en comparación al grupo control.15 Sin embargo, dada la enorme cantidad de personas que sufren de osteoporosis y lo costoso que resulta el tratamiento, la aplicabilidad de HC recombinante es reducida. Una alternativa natural a esta terapia la encontramos en los extractos vegetales de regaliz y ginseng coreano. Tanto la glicirricina procedente de la raíz de la Glycyrrhiza glabra como los gingenósidos procedentes del Panax ginseng han demostrado ser eficaces en estudios con animales incrementando los niveles de HC.16,17 Se cree que estos principios activos actúan sobre los receptores secretagogos de la HC o estimulando sustancias que inducen la producción de la HC.
QUERCETINA Y RESVERATROL
La quercetina es un flavonoide natural que se encuentra presente en las cebollas y otros vegetales. Posee excelentes propiedades antioxidantes y efectos beneficiosos en la prevención de diversas enfermedades, entre ellas la osteoporosis. Se ha demostrado su capacidad para aumentar la actividad de la fosfatasa alcalina en los osteoblastos, así como su capacidad para inhibir la reabsorción ósea.18 Otros estudios ratifican su papel en el aumento de la densidad ósea mediante la elevación de biomarcadores de formación como la osteocalcina.
Por otro lado, el resveratrol es un polifenol natural presente en la piel de la uva y otros frutos que posee un alto poder antioxidante. Estudios in vitro y modelos animales demuestran su potencial acción como agente antiosteoporótico. Este compuesto aumenta la proliferación y la diferenciación de pre-osteoblastos in vitro.19 Su mecanismo de acción parece estar mediado por la activación de la deacetilasa Sirt1 que aumenta la expresión de Fox03a y de Runx2 en células pre-osteoblásticas. Cabe destacar un estudio llevado a cabo en pacientes obesos y osteopénicos, en los que la administración oral de resveratrol (1000 mg/día durante 16 semanas) incrementó la masa ósea de manera significativa, así como la cantidad de fosfatasa alcalina ósea, frente al grupo placebo.20
GRIFFONIA SIMPLICIFOLIA (5-THP)
La Griffonia Simplicifolia es una planta africana rica en 5-hidroxitriptófano. El 5-HTP es un aminoácido natural y compuesto químico precursor e intermediario de la biosíntesis de los neurotransmisores serotonina y melatonina a partir de triptófano. Los estudios indican que está molécula estimula la proliferación de las células madre del tejido mesenquimal de la médula ósea, produciendo un aumento en la expresión de osteocalcina y fosfatasa alcalina. Por otra parte, la serotonina aumenta la formación ósea a través de la disminución del tono simpático y a su vez disminuye la reabsorción ósea mediante la inhibición de la síntesis de RANKL en los osteoclastos.21
EXTRACTO DE BAMBÚ (SILICIO)
El extracto de bambú es un producto natural muy interesante debido a su alto contenido en silicio, el cual ha demostrado ser útil como agente terapéutico o preventivo de la osteoporosis. Existen dos estudios epidemiológicos donde se demuestra la relación entre el consumo de silicio en la dieta y la osteoporosis.22 El silicio presenta la capacidad de aumentar la DMO en la cadera de hombres y mujeres pre-menopáusicas, mientras que en mujeres post-menopáusicas su efecto no fue tan significativo. Esto sugiere que los niveles de estrógenos pueden ser importantes para el metabolismo del silicio y pueden presentar una actividad sinérgica en la mejora de la salud ósea.23
BETAÍNA
La betaína participa en diversos procesos celulares y bioquímicos entre los cuales podemos destacar su contribución al metabolismo normal de la homocisteína. Diversos estudios demuestran que niveles altos de homocisteína en sangre (hiperhomocisteinemia) conllevan un elevado riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Además, el acúmulo de homocisteína en plasma resulta tóxico a nivel del sistema óseo. La betaína aumenta la actividad de diversas enzimas involucradas en el ciclo homocisteína/metionina disminuyendo los niveles de homocisteína y aumentando los niveles de metionina. Se emplea comúnmente para tratar la homocisteinuria. Una consecuencia clínica de esta enfermedad es la osteoporosis.24
VITAMINAS
Existe un gran consenso mundial sobre la necesidad de mantener unos niveles adecuados de vitamina D3 para preservar una buena salud ósea. Pero además de esta vitamina, existen otras como la vitamina B6, K, A y C que también contribuyen a reducir el riesgo de padecer osteoporosis. A continuación, se detallará el papel que juegan cada una de ellas en el metabolismo óseo.
- Vitamina D3
La vitamina D3 se obtiene principalmente a través de la piel por exposición solar y por la ingesta de ciertos alimentos como los pescados grasos (atún, salmón y caballa). Aun así, muchas veces estas fuentes no son suficientes y se precisa de un aporte extra a través de la suplementación. La cantidad diaria recomendada de vitamina D3 en niños sanos es de 400 UI. En caso de padecer hipovitaminosis D y presentar riesgo de osteoporosis infantil la dosis de tratamiento podría alcanzar las 2000 UI y mantenerse durante 6 semanas.
La absorción del calcio a nivel intestinal está regulada por el nivel de vitamina D en plasma siendo mayor a medida que se incrementa los valores de dicha vitamina. En adultos existe cierta controversia en decidir cuál debe ser la ingesta de vitamina D3 adecuada para alcanzar niveles plasmáticos superiores a 30 ng/ml. La IOF (International Osteoporosis Foundation) recomienda suplementaciones entre 800 y 1000 UI/día para alcanzar dichos niveles. Por otra parte, hay estudios que muestran que esta dosis debería ser 10 veces superior.25 Lo ideal para ajustar la dosis correcta para cada individuo es hacer un seguimiento analítico de los niveles de vitamina D en pacientes bajo tratamiento con el objeto de evitar una posible intoxicación.
- Vitamina B6
La piridoxina es muy importante para el funcionamiento normal del sistema nervioso y del sistema inmunitario, pero su aplicabilidad en la osteoporosis radica en su implicación en el correcto funcionamiento de la enzima triptófano hidroxilasa, clave en la ruta metabólica del triptófano para dar lugar a la serotonina y melatonina anteriormente mencionadas.26
- Vitamina K2
La vitamina K está involucrada en la regulación del calcio en el organismo. Aunque previene las calcificaciones vasculares y de los tejidos blandos, la vitamina K también promueve la integración del calcio en el hueso. Existen 3 proteínas vitamina K-dependientes en el hueso: la osteocalcina (OC), la proteína Gla de la matriz y la proteína S. La vitamina K actúa como cofactor de la D-carboxilasa resultando esencial para gama-carboxilación de la osteocalcina. La OC es sintetizada por los osteoblastos durante la fase de mineralización de la formación ósea y es esencial para la formación de cristales de hidroxiapatita. En ausencia de vitamina K la osteocalcina carece de integridad estructural y no es capaz de unirse a la hidroxiapatita mineral. Se ha demostrado que suplementos de menaquinona-7 (vitamina K2) producen una carboxilación de la osteocalcina, contribuyendo de esta manera a mejorar la salud ósea.27
- Vitamina A y C
La principal propiedad de estas vitaminas recurre en su alto poder antioxidante. Una reducción del estrés oxidativo reduce la tasa de pérdida ósea, ya que los radicales libres están directamente implicados en la reabsorción ósea, favoreciendo la osteoclastogénesis y la apoptosis de las células formadoras de hueso. Por lo tanto, el consumo de vitaminas antioxidantes puede resultar muy beneficioso para combatir la osteoporosis y reducir en número de fracturas.28
Referencias
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