Terapia natural y prevención contra los procesos víricos respiratorios

Escrito por Nuria Roda, Doctora en Química Orgánica.
Categoría: Nutrición Integrativa

El cambio de estación de verano a otoño suele venir acompañado con una mayor incidencia de infecciones de tipo respiratorio. Los cambios bruscos de temperaturas, el aumento de la humedad y la bajada de las temperaturas promueven un ambiente ideal para la supervivencia y proliferación de todo tipo de virus y bacterias. Además, el contagio entre personas suele ser mayor como consecuencia de una convivencia más prolongada en espacios cerrados. Por otra parte, conforme avanzamos hacia el invierno los días se van acortando y la exposición solar es menor. Esto hace que nuestro sistema inmune se vea debilitado y las infecciones respiratorias sean más frecuentes. Por ello, y ahora más que nunca, reforzar nuestro sistema inmune durante estos cambios estacionales puede ayudar a protegernos o al menos hacer que en caso de contraer una infección respiratoria la podamos superar reduciendo los síntomas y la duración de la misma.

La Infección Respiratoria Aguda (IRA) son un conjunto de enfermedades que se producen en el sistema respiratorio y son ocasionadas en su mayoría por virus, aunque también pueden ser causadas por bacterias o parásitos. Se trasmiten de un ser humano a otro a través de las gotitas de saliva que expulsamos al toser o estornudar o por contacto con superficies contaminadas. Suelen aparecer de forma repentina y normalmente duran menos de dos semanas. Las infecciones pueden afectar al tracto respiratorio superior (nariz, oídos, garganta, tráquea y bronquios) o a los pulmones.  Normalmente la mayoría de estas infecciones afectan a las vías respiratorias altas, suelen ser leves y acaban siendo lo que se conoce como resfriado común, pero en ocasiones si el sistema inmune de la persona infectada no funciona correctamente, la infección puede bajar a los pulmones y ocasionar problemas graves de salud, como es el caso de las neumonías. La población más afectada son los menores de 5 años, por el incipiente desarrollo de la inmunidad y por otro lado las personas de avanzada edad, cuyo sistema inmune se ve deteriorado. Los principales síntomas incluyen: malestar general, tos, dolor de cabeza, fiebre, dolor de garganta, secreción nasal, expectoración y dificultad para respirar.

Normalmente el tratamiento de las infecciones respiratorias suele basarse en el uso de fármacos para el alivio de los síntomas. Los antitérmicos, antitusivos, antihistamínicos o descongestionantes nasales son los más empleados. Los antibióticos no deben usarse en caso de infecciones víricas, ya que solo son efectivos contra las bacterias. La mayoría de las infecciones respiratorias suelen estar causadas por virus por lo que el uso abusivo de antibióticos puede conllevar ciertos riesgos y generar la aparición de cepas resistentes.

Actualmente las infecciones respiratorias suponen una de las causas más frecuentes de atención médica y en “tiempos de coronavirus” representa un importante tema de salud pública en nuestro país. A excepción de la gripe, no existen vacunas eficaces contra los virus respiratorios por lo que nuestro mejor aliado es la prevención. Lavarse bien las manos, evitar el contacto con personas afectadas, llevar una alimentación adecuada y estar bien hidratado es fundamental para mantener el cuerpo en estado óptimo.  Por ello debemos cuidar de nuestras defensas y preparar a nuestro organismo para hacer frente a las patologías más comunes del invierno.

Si lo que buscas es una alternativa natural, potente y eficaz que de apoyo a tu sistema inmune y alivie las molestias típicas de las afecciones víricas respiratorias, a continuación, analizamos los nutrientes más indicados para este propósito. La combinación de vitaminas A y C con hongos como el Chaga y el Champiñón del sol y diferentes extractos herbales como la Drosera, el Sáuco, el Pelargonium y la Jara canosa junto con diferentes aceites esenciales que facilitan la función respiratoria y potencian la inmunidad puede ser una excelente elección para prevenir los procesos gripales y reducir la sintomatología asociada.

 

CHAGA (Inonotus obliquus)

El Chaga (Inonotus obliquus) es un hongo medicinal que en las últimas décadas ha atraído la atención de la comunidad debido a sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes, antiinflamatorias, inmunoestimulantes y anticancerígenas. (1) Crece habitualmente en abedules situados en países fríos del este de Europa, Asia y América del norte y se ha empleado durante cientos de años en la medicina tradicional siberiana para tratar dolencias estomacales, enfermedades hepáticas, cardiovasculares e incluso tumores. Las propiedades medicinales que exhibe se le atribuyen a los principios activos que presenta: polisacáridos, terpenoides, fenólicos, aminoácidos, inotidiol y beta-glucanos. (2)

El extracto de Chaga ha demostrado inhibir la acción de las proteasas del virus VIH-1, (3) ha mostrado actividad antiviral contra el virus de la hepatitis C (4) e incluso contra dos cepas del virus de la gripe (A y B). (5) Además, ha demostrado un efecto antiviral contra el virus del herpes simple tipo 1. (6) Algunos autores postulan que esta actividad antiviral es debida al contenido de betulina, lupeol y micosteroles presentes en el hongo. Por otra parte, se ha demostrado la capacidad antioxidante del Chaga reduciendo niveles intracelulares de ROS y MDA así como aumentando la actividad de enzimas antioxidantes como la SOD, cuya función es impedir la generación de radicales libres. (7) Ciertos estudios demuestran la eficacia de extractos acuosos y fenólicos de Chaga en la reducción de óxido nítrico (NO), así como inhibiendo algunos marcadores de inflamación: IL-1β, IL-6 y TNF-α. (8) Otro estudio indica que inhalaciones de extractos de Chaga junto con otras hierbas reduce la inflamación de las vías respiratorias y facilita la respiración. (9) En cuanto a sus propiedades inmunoestimulantes y antitumorales, se ha demostrado que los polisacáridos presentes en el Chaga presentan la capacidad de estimular la respuesta inmune al promover la activación de macrófagos a través de las vías de señalización MAPK y NF-κB. (10) Existen numerosos estudios in vitro realizados con líneas celulares de cáncer que demuestran que los polisacáridos extraídos del Chaga presentan efectos citotóxicos y apoptóticos. (11).

 

CHAMPIÑÓN DEL SOL (Agaricus blazei Murrill)

El Agaricus blazei Murrill, más conocido como champiñón del sol, es un hongo originario de Brasil que está ganando popularidad en el campo de la medicina integrativa debido a sus propiedades farmacológicas. Presenta un amplio espectro de actividades biológicas y ha resultado útil como tratamiento complementario para el cáncer, hepatitis crónica, diabetes, aterosclerosis, hipercolesterolemia, etc. (12). Contiene una serie de componentes bioactivos: polisacáridos, proteínas, lectinas, aminoácidos, vitaminas y esteroles. Muchos de estos son moduladores de la respuesta inmune y activan nuestros mecanismos de defensa. Por ejemplo, se sabe que los polisacáridos presentes en este hongo tienen efectos anticancerígenos, antivirales e inmunomoduladores. (13, 14) Además, contiene β-glucanos y oligosacáridos hidrolizados enzimáticamente, los cuales muestran actividades antihiperglucemiantes, antihipertrigliceridémicas y antiarterioscleróticas. (15) Por otro lado, es bien sabido que los β-glucanos presenten en el champiñón del sol también contribuyen a una respuesta inmunitaria normal y ayudan a tener las defensas en óptimas condiciones.

 

SAÚCO (Sambucus nigra)

Las bayas del Saúco son muy ricas en nutrientes. Contienen carbohidratos, proteínas, ácidos grasos, minerales (calcio, magnesio, hierro y zinc), vitaminas del grupo B, vitamina C y aceites esenciales. Su color azulado es debido a su alto contenido en antocianidinas y polifenoles. Estas sustancias bioactivas presentan una gran capacidad antioxidante y reducen el estrés oxidativo al eliminar los radicales libres, lo que los convierte en potenciales agentes quimiopreventivos. Entre los principales flavonoides presentes el fruto destaca la quercetina-3-rutinósido (rutina) y el cianidin-3-glucósido. Debido a sus propiedades, la baya del saúco se ha empleado durante muchos años en medicina complementaria como agente diaforético, antitérmico y diurético. En los últimos años la comunidad científica ha descubierto que también presenta propiedades antimicrobianas, antivirales e hipoglucémicas. (16)  Por este motivo se emplea como remedio para tratar los síntomas comunes relacionados con el resfriado común: fiebre, tos, congestión nasal, secreción mucosa, así como de forma preventiva para fortalecer el sistema inmunológico. (17) Estudios recientes demuestran su eficacia in vitro contra al menos 10 cepas distintas del virus de la gripe. En un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, se observó la reducción de la duración de los síntomas de la gripe a 3-4 días. (18)

 

JARA CANOSA (Cistus incanus)

Otra maravilla de la naturaleza es la Jara Canosa. Esta planta silvestre es típica de la vertiente mediterránea, por lo que la podemos encontrar en países del sur de Europa. Por sus propiedades terapéuticas se ha empleado desde la antigüedad como remedio natural para el tratamiento de los síntomas del resfriado común y la gripe.  Presenta propiedades inmunoestimuladoras por lo que ayuda al organismo a generar resistencia frente a cualquier tipo de patógeno. De esta manera actúa acortando la duración y reduciendo los síntomas de procesos virales.  (19) Además, es un potente antioxidante, antiinflamatorio, antifúngico, antiviral y antibacteriano. Al igual que el Saúco, la Jara es una planta rica en terpenoides y polifenoles, entre los cuales cabe destacar los flavonoides y las proantocianidinas. Algunos estudios parecen apuntar que los polifenoles presentes en la Jara Canosa podrían unirse a la superficie de ciertos virus inhibiendo de esta manera la unión de hemaglutinina (HA) a las células infectadas y por lo tanto evitando que la infección se propague. (20) Por otra parte, estos principios activos antioxidantes son muy potentes neutralizando los radicales libres y ayudan a nuestro organismo a eliminar toxinas. (21)

 

DROSERA ROTUNDIFOLIA

También conocida como Rocío del sol, se trata de una planta carnívora con excelentes propiedades medicinales. Se ha empleado durante siglos como agente antitusivo, antiespasmódico y antiasmático para el tratamiento de enfermedades respiratorias. Los principios activos más importantes de esta planta son las naftoquinonas, en concreto, la plumbagina y la 7-metiljuglona. Estos metabolitos presentan propiedades antivirales, antibacterianas, antifúngicas, antiescleróticas y anticancerígenas. (22) Por todo ello, la drosera ha resultado ser un excelente remedio natural para el mantenimiento de la salud bronquial. Ayuda a respirar más libremente, descongestionando las vías respiratorias y es muy eficaz para calmar la tos seca e irritativa y presenta un efecto calmante en caso de irritación de garganta, faringe y cuerdas vocales.

 

PELARGONIUM SIDOIDES

Se trata de una planta originaria del sur de África. Su raíz ha sido usada durante siglos por las tribus zulúes para el tratamiento de infecciones respiratorias debido a sus propiedades antivirales, antibacterianas e inmunomoduladoras. Actúa aliviando el tracto respiratorio y suavizando los síntomas típicos del resfriado, como la tos y el dolor de garganta. Entre sus metabolitos activos se encuentra el ácido gálico y su éster metílico. Su eficacia clínica en el tratamiento de problemas respiratorios ha sido demostrada y actualmente países como Reino Unido, Austria o Alemania han desarrollado fármacos a base del extracto de esta planta. (23) Ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de bronquitis aguda, sinusitis, faringitis e incluso como tratamiento natural para el asma. (24) Reduce tanto la duración como la gravedad de los síntomas y no presenta efectos adversos al ser administrado durante largos periodos. Además de presentar propiedades antivirales y antibacterianas es un excelente inmunomodulador, hecho que le permite abordar la enfermedad desde diferentes vías, ya sea ejerciendo una acción directa sobre el patógeno o indirectamente a través de la estimulación del sistema inmune de la persona infectada. En ese sentido actúa inhibiendo la adhesión bacteriana, activa los macrófagos y modula la liberación de especies reactivas de oxígeno (ROS), TNF-α y distintas citoquinas proinflamatorias. (25)

 

VITAMINAS A Y C

La principal propiedad de estas vitaminas recurre en su alto poder antioxidante, protegiendo a las células frente al daño oxidativo. Ambas contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario y resulta necesario disponer de unos buenos niveles de ambas vitaminas para el mantenimiento de una buena salud bronquial. Por ejemplo, una ingesta insuficiente de vitamina A puede hacer que los cilios presentes en las mucosas de la nariz y de los pulmones no se muevan con tanta facilidad y dificulta la expulsión de microbios y residuos de las vías respiratorias. Además, cuando los cilios permanecen inmóviles la mucosidad se hace más densa haciendo este medio ideal para la proliferación de gérmenes. Por otro lado, la vitamina A modula una amplia gama de procesos inmunes como la formación y diferenciación de glóbulos blancos, la diferenciación de las células T colaboradoras, la localización de linfocitos específicos de tejido y la producción de anticuerpos específicos. (26) En cambio, la vitamina C contribuye al funcionamiento del sistema inmune acumulándose en elevadas concentraciones en células fagocitarias como los neutrófilos, mejorando la quimiotaxis, la fagocitosis y la reducción de ROS. (27) Resulta necesaria para la apoptosis y la eliminación de agentes patógenos en sitios locales de infección ya que actúa mejorando la diferenciación y proliferación de las células B y T, encargadas del reconocimiento de microbios. Algunos estudios demuestran que tomar vitamina C puede ayudar a reducir la duración y la gravedad de los síntomas del resfriado común. (28)

 

ACEITES ESENCIALES

La aromaterapia es el uso de aceites esenciales (AE) como terapia natural para mejorar el bienestar físico y mental. Existe una variedad muy extensa de AE y cada uno de ellos presenta una ventana terapéutica diferente. Los compuestos activos presentes en los AE (terpenos, terpenoides y compuestos aromáticos, entre otros) actúan directamente sobre los síntomas de diversas patologías y ayudan a reforzar la inmunidad. (29) Ante un proceso vírico respiratorio, una mezcla de aceites esenciales con acción antiviral, expectorante y mucolítica puede ser una alternativa natural y eficaz para reducir la gravedad y la duración de la enfermedad. Entre los AE que exhiben estas propiedades encontramos: eucalipto, ravintsara, pino silvestre, orégano, anís estrellado y limón. Si bien, cada uno por separado presenta excelentes propiedades antimicrobianas, para conseguir un resultado óptimo lo ideal es administrarlos de forma conjunta ya que suelen trabajar sinérgicamente. La combinación de estos aceites promueve la salud de los órganos respiratorios, ayuda a eliminar la mucosidad almacenada en las vías respiratorias y estimula el sistema inmunitario evitando de esta manera sufrir recaídas. Son extremadamente eficaces en caso de procesos víricos respiratorios.

El comino negro (Nigella sativa) contiene sustancias activas antimicrobianas, que potencian la respuesta inmunitaria, inactivando todos los virus, hongos, microbios, parásitos y bacterias. Además, es un poderoso antioxidante y broncodilatador. (30)

El AE de eucalipto (Eucalyptus globulus) se ha empleado tradicionalmente como tratamiento para la tuberculosis pulmonar, la diabetes, el asma y también como desinfectante, agente antioxidante y agente antiséptico, especialmente en el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio. Presenta excelentes propiedades antimicrobianas y proporciona alivio y efecto calmante en caso de irritación de garganta. (31)

El AE de ravintsara (Cinnamomum camphora formosana) contiene mayoritariamente 1,8-cineol y α-terpineno, lo que le confiere propiedades antibacterianas, antivirales, antiinflamatorias y estimulantes del sistema inmune. Se emplea comúnmente en caso de infecciones víricas como el herpes o la gripe. Actúa descongestionando las vías respiratorias, alivia la tensión muscular y combate el dolor asociado. (32)

El AE de pino silvestre (Pinus sylvestris) se emplea como antiséptico, expectorante, antiviral, antipirético, inmunoestimulante y vasodilatador capilar. Reduce los síntomas de afecciones respiratorias como la gripe, sinusitis, faringitis, bronquitis y asma, entre otros. Actúa descongestionando la garganta y el tracto respiratorio bloqueado y ayuda a limpiar la nariz y a respirar más libremente.

El AE de orégano (Origanum vulgare) es rico en carvacrol, timol, p-cimeno, polifenoles, triperpenoides y esteroles, los cuales le confieren excelentes propiedades como antioxidante, antiinflamatorio, antiviral, antiespasmódico, antiproliferativo y neuroprotector. Promueve la salud de los órganos respiratorios, reduce la inflamación bronquial y mejora la inmunidad. (33)

El AE de anís estrellado (Illicium verum) contiene anetol, felandreno y limoneno, aldehídos y centonas, cineol y algo de safrol. Se ha empleado tradicionalmente para el tratamiento de los síntomas gripales. Ofrece apoyo y efecto calmante en caso de cosquilleo y carraspera en la garganta. Además, da soporte al sistema inmunitario contribuyendo a las defensas naturales del organismo. (34)

El AE de limón (Citrus limon) es uno de los más ricos en vitaminas, sobre todo vitamina C y carotenos. Además, contiene limoneno, β-pineno, γ-terpineno y sabineno que le confieren un efecto calmante del dolor. Presenta propiedades antibacterianas y antivirales además de expectorantes y antipiréticas. Potencia el sistema inmune y ayuda al tracto respiratorio. (35)

Un detalle importante a tener en cuenta en la suplementación oral con AE es que no todos son aptos para el consumo. Deben estar quimiotipados y ser 100% puros y naturales. Hay que respetar los límites de ingesta diaria, ya que son agentes muy potentes y en elevadas dosis pueden resultar citotóxicos.

Referencias Bibliográficas

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